La Organización Panamericana de Salud (OPS) instó a los países de la región a incrementar la capacidad hospitalaria y redoblar las medidas preventivas en las zonas más afectadas por la pandemia.
De acuerdo con la directora de la OPS, la doctora Carissa F. Etienne, las autoridades de salud de los países del continente americano deberían emitir una guía clara para seguir protegiendo a la población.
Además, recordó que se necesitan esfuerzos coordinados para aumentar la capacidad hospitalaria en las zonas más afectadas porque cuando los hospitales no pueden acomodar a todos los enfermos, por lo que existe el riesgo latente de que muchos mueran esperando atención.
Puso como ejemplo el caso de Brasil, nación en la que los hospitales han alcanzado su capacidad en algunas áreas. “También estamos viendo aumentos en casos y muertes en zonas fronterizas de Colombia con Venezuela y Ecuador”, añadió.
Advirtió asimismo que la población puede verse tentada a reunirse en interiores mal ventilados, los cuales tienen las condiciones perfectas para que el virus se propague.
“Nuestra región debe redoblar las medidas preventivas, especialmente en preparación para las vacaciones de fin de año. Ahora no es el momento de relajarse”, alertó.
A lo anterior se suman las condiciones de vulnerabilidad que se viven en Centroamérica a causa de las afectaciones de los huracanes recientes en países como Honduras, Guatemala y Panamá.
La esperanza de las vacunas
“Esperamos que las vacunas COVID-19, que pronto saldrán al mercado, ayuden a contener la pandemia, pero esto llevará tiempo y planificación anticipada, sostuvo la directora de la OPS.
“Al principio, no tendremos suficientes dosis para proteger a todos, por lo que el objetivo es salvar vidas utilizando el primer despliegue para llegar a los más vulnerables, quienes pueden desarrollar formas graves de COVID-19. Es por eso que la OPS también ha estado apoyando a sus Estados Miembros en el desarrollo de sus planes nacionales de inmunización”.
Cuando lleguen las vacunas, dijo, “cada país debe identificar grupos prioritarios y adaptar las campañas y los materiales de comunicación para satisfacer sus necesidades, incluso trabajando junto a los líderes comunitarios para empoderar a las comunidades a recurrir a la vacunación. Es probable que los trabajadores sanitarios sean los primeros en beneficiarse de una vacuna y también desempeñarán un papel clave en la sensibilización sobre la importancia de la inmunización”.
La OPS busca ayudar a los países a garantizar el acceso a vacunas COVID-19 seguras y eficaces bajo los principios de solidaridad, equidad y no dejar a nadie atrás que han guiado la respuesta de la OPS a esta pandemia desde el principio, aseveró Etienne.
Señaló que el Día de la Cobertura Universal de Salud, que se celebra cada 12 de diciembre, “tiene una importancia renovada durante este año de pandemia. Este día sirve como recordatorio de que la salud universal no se trata sólo de garantizar que todos estén cubiertos, sino de que todos tengan acceso a la atención cuando la necesitan, dondequiera que estén”.
“Es por eso que la OPS ha enviado más de 20 millones de pruebas de PCR a los países para detectar COVID-19 y obtener una mejor visibilidad de cómo se está propagando el virus, así como para ayudar a identificar a los infectados, para que reciban la atención que necesitan. Muchos donantes nos han apoyado en este esfuerzo, y queremos darles las gracias”, señaló.
La OPS también ha donado unos 36 millones de mascarillas, 3 millones de guantes y 1.5 millones de batas a los países para que puedan proteger a los trabajadores de la salud y ha dirigido más de 200 sesiones de capacitación para profesionales de la salud en la región.
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