A los 13 se interesó por la ciencia. A los 17, fue reconocido por la OEA. Ahora, con sólo 20 años y como estudiante de medicina, Demetrio Rodríguez representará el próximo mes a México en el Hackathon, competencia de la editorial Elsevier.
Pese a su corta edad, el estudiante llegó a la final del Hackathon, concurso que se llevará acabo del 23 al 27 de agosto en Helsinki, Finlandia; su fin es la creación de aplicaciones de enseñanza para estudiantes de medicina. El primer lugar se lleva 6 mil dólares en efectivo y 250 en gadgets.
Rodríguez es parte de los 16 finalistas tras eliminaciones que descartaron a más de mil 500 estudiantes más.
«El proyecto con el que estoy participando en el Hackathon es una aplicación para aprender propedéutica y semiología médica; digamos, como una especie de guía o herramienta alternativa para el médico en formación», cuenta a gran velocidad desde Zapopan.
Los finalistas se reunirán dos días con programadores y diseñadores profesionales para hacer aplicaciones médicas. Rodríguez ya tiene bosquejos de la suya: incluirá audios, animaciones y gráficos para hacer atractiva la experiencia de que el médico construya su propio conocimiento.
Este viaje a Helsinki inició, en realidad, hace siete años, cuando tenía 13, y ha tenido que sortear varias dificultades en el camino para llegar hasta ahí. Su inclinación por la ciencia empezó por un reto personal.
«Murió una persona muy cercana a mi familia, una persona que yo quería mucho, era como una mamá para mí y es a partir de la muerte de esa persona y que empieza a surgir mi interés», relata.
A los 17, Rodríguez fue reconocido por la OEA y la Asociación Americana de Científicos Farmacéuticos (AAPS) por un proyecto para usar veneno de alacrán en contra del cáncer de mama.
Pese a la importancia del proyecto, el científico ha tenido que derribar los prejuicios por su edad.
«Esta idea que tenemos muchos mexicanos de que si no eres un viejito de bata blanca entonces no eres un científico, o no eres capaz de hacer las cosas. Tenemos mucho la idea de que la edad te da la credibilidad y creo que no debería ser así.
«Cuando yo empecé, llegaba de 13 años con los doctores y les decía lo que quería hacer y me decían que me fuera a comprar un juego de química Mi Alegría», expresa.
El estudiante de la Universidad de Guadalajara cree que la ciencia en México cojea en varios ámbitos y también tiene obstáculos que sortear; para empezar, el de la educación en el País.
«Faltan instituciones que nos enseñen lo que es la ciencia, creo que en nuestro país estamos muy hechos a la idea de que la educación es cuadrada. Estamos en un salón de clases donde no nos dicen qué hay afuera de nuestro salón de clases», afirma.
A pesar de los problemas que enfrenta la ciencia, ha decidido quedarse en México, al menos temporalmente, pues cree en desarrollar su comunidad y que ésta también le ayuda a crecer.
«Soy muy de la idea de que somos un grupo de abejas. Una sola abeja no puede polinizar todas las flores, pero cuando todas trabajan logran mejores resultados en menor tiempo».
Rodríguez sabe que aún hay desafíos por superar, como combinar su interés por la medicina con la investigación.
«Es una situación complicada porque en México más bien son pocos los médicos que hacen investigación por la cantidad de horas que requiere la medicina clínica y el trato al paciente, pero me gustaría mucho hacer ambas cosas».
Reforma
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