Se estima que cada año, 1,9 millones de personas mueren por enfermedades cardiovasculares inducidas por el tabaco, según un nuevo informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, la Federación Mundial del Corazón y la Universidad de Newcastle Australia.
Esto equivale a una de cada cinco muertes por enfermedad cardíaca, advierten los autores del informe. Estos expertos instan a todos los consumidores de tabaco a dejar de fumar y evitar un ataque cardíaco, enfatizando que los fumadores tienen más probabilidades de experimentar un evento cardiovascular agudo a una edad más temprana que los no fumadores fumadores.
Tan solo basta con unos pocos cigarrillos al día, fumar ocasionalmente o la exposición al humo para aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca. Así, los expertos garantizan que si los consumidores de tabaco toman medidas inmediatas y dejan de fumar, entonces su riesgo de enfermedad cardiovascular disminuirá en un 50 por ciento después de un año sin fumar. “Dado el nivel actual de evidencia sobre el tabaco y la salud cardiovascular y los beneficios para la salud de dejar de fumar, no ofrecer servicios para dejar de fumar a pacientes con enfermedades cardíacas podría considerarse negligencia clínica o negligencia. Las sociedades de cardiología deberían capacitar a sus miembros en el abandono del hábito de fumar, así como promover e incluso impulsar los esfuerzos de promoción del control del tabaco”, afirma Eduardo Bianco, presidente del Grupo de expertos en tabaco de la Federación Mundial del Corazón.
Cigarrillos electrónicos
El informe también muestra que el tabaco sin humo es responsable de alrededor de 200 000 muertes por enfermedad coronaria por año. Los cigarrillos electrónicos también aumentan la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Además, la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas aumentan el riesgo de COVID-19 grave. Una encuesta reciente de la OMS encontró que entre las personas que mueren por COVID-19 en Italia, el 67 por ciento tenía presión arterial alta y en España, el 43 por ciento de las personas que desarrollaron COVID-19 vivían con una enfermedad cardíaca.
“Los gobiernos tienen la responsabilidad de proteger la salud de su gente y ayudar a revertir la epidemia de tabaquismo. Hacer que nuestras comunidades estén libres de humo reduce el número de ingresos hospitalarios relacionados con el tabaco, que es más importante que nunca en el contexto de la pandemia actual ”, asegura Vinayak Prasad, jefe de la Unidad de lucha contra el tabaco de la OMS.
Con todo, el control del tabaco es un elemento clave para reducir las enfermedades cardíacas. “Los gobiernos pueden ayudar a los consumidores de tabaco a dejar de fumar aumentando los impuestos sobre los productos de tabaco, haciendo cumplir la prohibición de la publicidad del tabaco y ofreciendo servicios para ayudar a las personas a dejar el tabaco”, asegura la OMS.
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