Tanto la lumbalgia como la ciática son dos términos utilizados para referir dolor en la zona baja de la espalda, la región lumbar. En cambio, la causa del dolor y sus características son muy distintas.
En realidad el término lumbalgia se utiliza para referir cualquier dolor en la zona lumbar, independientemente de la causa.
La ciática, o síndrome radicular ciático, es una compresión del nervio ciático que produce dolor asociado a otros síntomas. Se podría decir que la ciática es una causa de lumbalgia.
Causas de la lumbalgia y la ciática
El dolor lumbar puede deberse a muchos procesos. La columna vertebralestá formada por un conjunto de huesos llamados vértebras, entre las cuales hay un tejido gelatinoso que evita el roce con los movimientos, los discos intervertebrales.
Además, las vértebras se unen unas a otras por múltiples ligamentos y músculos para permitir los movimientos de la espalda.
La inflamación de cualquiera de las estructuras que componen la columna lumbar puede producir lumbalgia.
Las causas más frecuentes son distensiones musculares y esguinces. Las distensiones son daños musculares por una extensión mayor de lo que permiten las fibras musculares, y en los esguinces lo que se distiende son los ligamentos.
Ambas están acompañadas de una inflamación local, produciendo dolor. Se pueden producir por esfuerzos que fuercen la espalda, como levantar peso o posturas prolongadas. También son frecuentes en personas con vida sedentaria.
Algunas infecciones localizadas de la zona pueden producir lumbalgia,como por ejemplo el Herpes zóster si afecta a nivel lumbar.
Los discos intervertebrales pueden desgastarse o movilizarse, produciendo dolor. Entre las vértebras quedan agujeros por los que salen las raíces nerviosas que formarán los distintos nervios. Cuando los discos intervertebrales se mueven y comprimen estas raíces nerviosas, se produce una hernia discal.
En función de la raíz nerviosa que se comprima aparece dolor en la zona que depende de ella, asociado o no a otros síntomas. Si se comprimen las raíces nerviosas que forman el nervio ciático (L4,L5 y S1), el cuadro clínico se llama ciática o síndrome radicular ciático.
Hay otras causas que provocan ciática, como malformaciones vertebrales, tumores raquimedulares u otras alteraciones de los discos intervertebrales, pero son poco frecuentes.
Síntomas de la lumbalgia y de la ciática
La lumbalgia sin compresión nerviosa produce un dolor lumbar localizado, a veces se extiende hacia los glúteos. La intensidad del dolor varía con los cambios posturales, y suele revertir en unos días con reposo y analgésicos.
Cuando aparece un síndrome radicular ciático, además de la lumbalgia (también se denomina lumbociática) aparecen otros síntomas por la alteración de la función del nervio ciático. Este nervio es el más grueso y largo del organismo, controla el movimiento de muchos músculos de la pierna, la sensibilidad y algunos reflejos.
El nervio ciático está formado por la unión de tres raíces, en función de la que se comprima aparecen unos síntomas u otros:
- Raíz L4: disminuye o desaparece el reflejo de la rótula o rotuliano, con debilidad para extender la rodilla. Además, disminuye la sensibilidad de la parte interna y delantera del muslo y la pierna.
- Raíz L5: existe dificultad para extender el pie y los dedos, con menos sensibilidad en los tres primeros dedos del pie. También puede afectar a la sensibilidad del posterior del muslo y la parte externa de la pierna.
- Raíz S1: el reflejo afectado en este caso es el aquíleo, en el tobillo. La flexión del pie está debilitada y afecta a la sensibilidad de los dos últimos dedos y la parte posterior del muslo y la pierna.
Si la compresión es intensa puede llegar a producir parálisis y afectar a los esfínteres, apareciendo incontinencia. Si aparece alguno de estos síntomas, la ciática requiere intervención urgente mediante cirugía.
Diagnóstico y manejo de la lumbalgia y la ciática
La lumbalgia es una patología frecuente, casi toda la población la sufre alguna vez en la vida. La mayoría de los casos son leves, revirtiendo con analgesia, reposo y calor en pocos días.
Sin embargo, la lumbalgia puede tener una causa más grave, como ya hemos comentado. Por ello, antes de pautar el tratamiento anterior hay que descartar patologías importantes.
La exploración física y la historia clínica dan las primeras pautas de sospecha. Si el paciente refiere fiebre, incontinencia o cansancio y pérdida de peso hay que derivarle al hospital.
Una vez allí, se deben hacer pruebas de imagen como una radiografía lumbar o una Resonancia Magnética. Permiten buscar otras causas:
- La Radiografía lumbar permite ver alteraciones óseas que pueden estar produciendo el dolor lumbar. Un ejemplo es la estenosis de canal lumbar, en el que los espacios de las vértebras se hacen más pequeños y comprimen la médula espinal. Puede requerir cirugía.
- La Resonancia Magnética muestra hallazgos más específicos como como metástasis, tumores de tejidos adyacentes, inflamaciones o compromisos nerviosos.
En función de la causa y de la intensidad de los síntomas, el manejo puede ser farmacológico o quirúrgico.
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