Investigadores israelíes desarrollan una nueva cepa de maracuyá que protege significativamente las células cerebrales de los daños relacionados con el envejecimiento.
La pasionaria es una enredadera trepadora; puede alcanzar los 9 metros de longitud en condiciones climáticas favorables, aunque su período de vida no supera por lo general la década. La apariencia de la flor, similar a una corona de espinas, indujo a los colonizadores españoles a denominarla el fruto de la pasión.
La fruta de la pasionaria es una baya oval o redonda, de entre 4 y 10 cm de diámetro, fibrosa y jugosa, recubierta de una cáscara gruesa, cerosa, delicada e incomestible. La pulpa contiene numerosas semillas pequeñas. El color presenta grandes diferencias entre variedades; la más frecuente en los países de origen es amarilla.
Conocido principalmente por su sabor exótico, la investigación de un equipo interdisciplinario de nutrición, neurociencia y científicos de plantas israelíes muestra que comer “la fruta de la pasión” también podría preservar la salud del cerebro en la vejez.
Los profesores Oren Tirosh, y Alon Samach junto al doctor Aron Troen están investigando y desarrollando alimentos capaces de proteger el cerebro y el sistema nervioso central.
El equipo ha descubierto que los extractos de fruta de “Dena”, una variedad de maracuyá que han desarrollado, protegen a las neuronas de la degeneración en cultivos celulares (y un modelo en ratones) de la enfermedad de Parkinson.
Su estudio aparece en el Journal of Functional Foods.
En colaboración con el Centro Volcani, y la estudiante Livnat Goldenberg, el equipo probó los atributos de las nuevas variedades. Hemos notado que la fruta de la pasión contiene un notable nivel de productos químicos con potenciales propiedades antioxidantes en comparación con otras frutas”, explica Samach.
Estudiaron así el efecto protector de varios cultivares de maracuyá recientemente desarrollados, en células neuronales cultivadas expuestas a estrés oxidativo. “Un cultivo, que llamamos “428 “y más tarde Dena”, mostró una prometedora particularidad en la protección de las líneas celulares neuronales”.
En un estudio de seguimiento sobre “Dena”, el equipo expuso un grupo de ratones a una toxina que causa daños de oxidación a las neuronas en la parte del cerebro conocida como “la sustancia negra”
Estas son las mismas neuronas que mueren en la enfermedad de Parkinson, y luego complementó la dieta de los ratones con un extracto de este cultivar. La fruta redujo significativamente el grado de muerte neuronal comparado con los ratones de control que no consumieron el extracto. Además, los ratones que comieron el extracto tuvieron una tasa de supervivencia global más alta al final del experimento.
En un experimento en curso, investigadores alimentaron con extractos de “Dena” a un grupo de ratas viejas y luego las estudiaron contra un grupo de ratas de edad similar que recibieron una dieta normal. Los resultados preliminares son impresionantes: después de comer la fruta, las capacidades cognitivas del primer grupo de animales eran comparables a los animales más jóvenes.
“A partir de la edad de 60 años, la probabilidad de contraer una enfermedad demencial aumenta exponencialmente hasta que a los 80 años es aproximadamente uno de cada cuatro. Es muy difícil detener estas enfermedades una vez que comienzan a estropear el cerebro, y la prevención es la mejor apuesta.
El equipo no espera que la fruta de la pasión cure la enfermedad de Parkinson y enfermedades similares, pero se piensa que podría modificar el curso de las enfermedades neurodegenerativas y será útil en su prevención y en la atenuación del envejecimiento cerebral.
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