¿Qué es un aneurisma de aorta?
La aorta es la arteria más importante del organismo. Su función es llevar sangre oxigenada desde el corazón a todos nuestros órganos y, por tanto, de su correcto funcionamiento depende nuestra vida. Recorre nuestro cuerpo desde el corazón hasta las piernas, y dependiendo de la región anatómica por la que transcurra recibe un nombre: aorta ascendente, arco aórtico, aorta torácica y abdominal. Está formada por tres capas (íntima, media y adventicia) y, como todo tejido vivo, experimenta una evolución con el paso de los años. Estos cambios en su pared están condicionados principalmente por la presencia de ateroesclerosis, que origina la formación de placas adheridas a la capa íntima del vaso, y por la hipertensión arterial.
Un aneurisma es una dilatación de la pared de la arteria. Se puede producir en cualquier parte del cuerpo. Aunque los más frecuentes son los aneurismas de aorta abdominal, los más peligrosos son los aneurismas de aorta ascendente y aorta torácica.
Síntomas de un aneurisma de aorta.
Generalmente ninguno. A veces se puede notar una sensación pulsátil, principalmente en aneurismas de aorta abdominal. En aneurismas grandes de arco aórtico, en ocasiones se puede observar dificultad para tragar o alteraciones en la voz (afonía).
Tratamiento de un aneurisma de aorta – ¿Cuándo está indicada la intervención?
Es una enfermedad crónica en la que es fundamental un estrecho seguimiento con pruebas de imagen. El diámetro del aneurisma es el indicador que nos permitirá decidir cuál es el mejor momento para realizar la intervención. Sabemos que por encima de 5 cm en aneurismas de aorta ascendente y por encima de 6 cm en aorta abdominal el riesgo de rotura de aorta es muy elevado.
Cada caso es valorado de manera particular teniendo en cuenta de manera global al paciente (edad, superficie corporal, patologías asociadas, etc), además de las características del aneurisma.
Causas de un aneurisma de aorta.
Tipos de aneurismas:
a) Degenerativos: son los más frecuentes. Se dan principalmente en pacientes mayores de 60 años y están relacionados con la ateroesclerosis y la hipertensión arterial.
b) Enfermedades del colágeno: son muy frecuentes en ciertas enfermedades como es el Síndrome de Marfan. Se producen por defectos en la capa media de la arteria, ocasionando una aorta débil que se dilata y es más propensa a romperse o disecarse. Es típico en personas jóvenes y en estos casos es fundamental un tratamiento quirúrgico precoz para evitar su rotura.
c) Asociados a válvula aórtica bicúspide: se desconoce el mecanismo exacto, pero se sabe que en los pacientes con válvulas aórticas con dos velos, es más frecuente que la aorta ascendente sufra dilatación.
d) Asociados a otras enfermedades: sífilis, arteritis, etc.
Diagnóstico de un aneurisma de aorta.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagen. Las más fiables son el TAC (tomografía axial computarizada) y la RMN (resonancia magnética nuclear). En aneurismas de aorta ascendente el ecocardiograma es una prueba diagnóstica fundamental porque también sirve para valorar la válvula aórtica que en ocasiones también está afectada.
¿Cómo se previene un aneurisma de aorta?
Las enfermedades que afectan a nuestras arterias son la causa principal de mortalidad en los países desarrollados. La placa de ateroesclerosis que se origina en el interior de las arterias es la responsable de los infartos de miocardio, angina de pecho, accidentes cerebrovasculares o isquemia en los miembros inferiores. Si además se asocia hipertensión arterial, nuestras arterias pueden dilatarse ocasionando lo que se conoce como un aneurisma de aorta. Es una enfermedad grave, ya que su rotura ocasiona una muerte súbita.
Por tanto, los factores fundamentales que hay que controlar para mantener sanas nuestras arterias son dos: el colesterol y la tensión arterial. Unas cifras de colesterol total menor que 200 y una tensión arterial menor que 130/90 son dos ‘seguros de vida’ cuyo control está muchas veces a nuestro alcance.
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