La hipoxia es un estado en el que el cuerpo está privado de oxígeno en la sangre, células y tejidos. Esta condición se produce cuando se expone al organismo a una cierta altitud en la que la presión parcial de oxígeno en el ambiente disminuye. Esto produce una situación de hipoxia fisiológica que ocasiona un estímulo extra para el cuerpo humano, con la activación de mecanismos y sistemas vitales.
Investigadores de la Universidad de Extremadura han evaluado la inclusión de este estado como parte del entrenamiento de alta intensidad. Sometieron a estudiantes universitarios a intervalos de trabajo a intensidades máximas, con breves descansos de recuperación, con el objetivo de obtener cambios de una forma más rápida en la composición corporal de personas activas y poder desarrollar así una línea de entrenamiento basado en la hipoxia. Las conclusiones del trabajo se han publicado en The journal of sports medicine and physical fitness.
«Hemos sometido durante un mes a sujetos que habitualmente entrenan dos o tres sesiones por semana a este tipo de ejercicios de alta intensidad combinándolo con exposición a un estado de hipoxia (simulando 3400 metros de altitud), los deportistas han realizado los ejercicios en cámaras de hipoxia pertenecientes a la facultad de ciencias del deporte en las cuales se crea de forma artificial un entorno hipóxico simulando altitud. Además, se han comparado los cambios conseguidos por este grupo con los obtenidos por otro grupo de sujetos que han realizado el mismo ejercicio en el mismo periodo de tiempo pero sin someterles a la exposición a hipoxia», explica Marta Camacho, investigadora principal del estudio.
De esta forma se ha podido comprobar cómo la población que se sometió a esta nueva forma de entrenamiento conseguía de una forma más rápida disminuir el porcentaje de grasa corporal, ganar más masa muscular y aumentar la concentración de hemoglobina y el hematocrito.
Para Camacho el estudio abre nuevas oportunidades en la forma de entrenamiento, «pues hasta ahora la inclusión de un estado hipóxico durante el entrenamiento tan solo se había probado en deportistas de alto nivel, pero este nuevo estudio en personas activas abre la posibilidad de aplicar un nuevo método accesible a cualquiera, pues es fácil poder implantar en centros de fitness este tipo de sistemas, lo que permite obtener resultados en un período de tiempo mucho más breve».
Dentro de esta línea, el grupo de investigación ha dado asesoramiento al triatleta siete veces campeón del mundo Javier Gómez Noya sobre protocolos de hipoxia simulada y entrenamiento. Actualmente, están desarrollando varios proyectos para evaluar los efectos de este tratamiento sobre parámetros de fuerza, de riesgo cardiovascular en mujeres adultas con sobrepeso u obesidad y sobre el metabolismo óseo en personas mayores de 65 años.
Fuente: Universidad de Extremadura.
Referencia: «A new dose of maximal-intensity interval training in hypoxia to improve body composition and hemoglobin and hematocrit levels: a pilot study». Marta Camacho-Cardenosa et al. en Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, vol. 57 (1-2), págs. 60-69, enero – febrero de 2017.
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