La atrofia muscular puede minar de forma significativa la autoestima de la persona que la padece, por el impacto que esto genera en las actividades más básicas de su día a día.
¿Qué es?
La atrofia muscular es un trastorno en el que se produce el desgaste o la pérdida del tejido muscular; disminuye el tamaño del músculo y provocando que éste vaya perdiendo fuerza.
Se produce por un desequilibrio entre la síntesis de proteínas y su degradación y como consecuencia, se deterioran las células nerviosas de los músculos esqueléticos. Esto provoca una parálisis progresiva que puede ser completa o parcial y que supone un deterioro de la capacidad funcional de la persona.
¿Qué sucede en el cuerpo?
Tiene lugar
Disminución de los impulsos nerviosos
Inhibición a causa del dolor y la inflamación
Reducción del volumen muscular por falta de actividad
Causas
Podemos distinguir entre fisiológica, patológica y neurogénica.
La atrofia fisiológica es la atrofia muscular por inactividad, por la falta de uso de ciertos músculos como consecuencia, por ejemplo, de llevar una vida muy sedentaria. Las personas que padecen una enfermedad que les limite el movimiento o que trabajen en un sector en el que estén sentadas mucho tiempo, entre otras, tienen más probabilidades de padecer de atrofia muscular.
Lo que sucede es que se va perdiendo el tono muscular y en muchos casos se trata de una situación reversible con rehabilitación, una buena alimentación y el ejercicio adecuado.
La atrofia patológica puede ser causada por diversas enfermedades o darse en personas de edad avanzada como consecuencia del propio envejecimiento
Por último, la atrofia neurogénica, que es la clase de atrofia muscular más grave y que suele manifestarse de manera más repentina, se produce por una enfermedad o lesión en los nervios que conectan los músculos. Y puede aparecer como consecuencia de enfermedades como:
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
- Por lesión de la médula espinal
- Síndrome de
Pero también puede ser consecuencia de situaciones como la desnutrición, el uso a largo plazo de corticoides, artritis, enfermedades de los músculos, etc.
Cabe destacar que en la población general, los casos de atrofia muscular tienen lugar la mayoría de las veces como consecuencia de la inactividad en el día a día.
Síntomas
La persona siente que su fuerza va disminuyendo y también su capacidad de movimiento. Tiene lugar un debilitamiento, encogimiento de los músculos y pérdida progresiva del tono muscular.
Poco a poco va disminuyendo la funcionalidad de la persona y su capacidad para llevar a cabo las tareas del día a día, impactando directamente en su autoestima.
El tratamiento de la atrofia muscular
La importancia de mantener un tono muscular adecuado radica en la necesidad de mantener una estabilidad articular, de proporcionar la información propioceptiva necesaria al sistema nervioso etc.
Los tratamientos aplicados van desde la estimulación eléctrica funcional para estimular los músculos, hasta terapias con aminoácidos con el objetivo de regenerar los tejidos musculares dañados, hasta opciones más drásticas, para los casos más complicados.
Y por supuesto la terapia ocupacional y la fisioterapia tienen un impacto muy positivo en los pacientes en el proceso de recuperar su movimiento funcional.
A través de ejercicios activos se busca aumentar el estímulo nervioso que activa las fibras musculares, necesario para revertir la atrofia muscular y se procura también introducir al paciente en una vida mucho más activa.
Podemos resumir los aspectos a cubrir por el tratamiento de la atrofia muscular en:
- Prevención
- Estimulación muscular
- Trabajo muscular progresivo
- Alimentación adecuada
- Implementación de una vida activa en el paciente
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