Cada 24 de abril se celebra el Día Mundial de la Meningitis, una fecha impulsada para concientizar acerca de los efectos fatales que puede causar esta enfermedad. En este marco, se busca motivar a todos los ciudadanos a cumplir con el calendario de vacunación y las medidas de prevención para esta enfermedad.
Detectar los síntomas a tiempo y acudir rápidamente a un centro de salud, puede ayudar a contrarrestar sus graves efectos en el organismo y evitar en muchos casos la muerte.
La meningitis es una enfermedad que afecta directamente a la médula espinal y las membranas del cerebro a través de distintas bacterias entre las que se encuentran la denominada meningococo. Genera lesiones graves que podrían causar algún tipo de discapacidad en el paciente, e incluso en los peores casos, la muerte.
Lo que la hace aun más peligrosa es que la enfermedad puede desarrollarse velozmente en los pacientes. Podrían fallecer entre las 24 y 48 horas.
De acuerdo al Ministerio de Salud de la Nación, al menos uno de cada diez pacientes muere a causa de esta enfermedad a pesar de haber recibido asistencia médica. Asimismo, uno de cada cinco pacientes que sobreviven a la meningitis puede presentar secuelas como trastornos de aprendizaje, pérdida de la audición y daño cerebral.
La Sociedad Argentina de Pediatría establece que los niños menores de 5 años poseen un mayor riesgo de contraer meningitis, siendo los menores al año de vida los más vulnerables.
Los síntomas a los que hay que estar alerta son los siguientes: fiebre alta, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, rigidez de la nuca, vómitos, y confusión.
¿Cómo se contagia la meningitis?
Uno de los mayores factores de riesgo en el contagio de meningitis es la falta de vacunas en los niños dentro de los primeros seis años de vida. Por este motivo, la mayoría de los casos se presentan en las primeras etapas del desarrollo infantil.
Pero también existen otros medios de contagio que pueden desencadenar la enfermedad: a través de la mucosa bucal, saliva o secreciones. Por medio de la respiración o tos. Por ingerir alimentos o bebidas que han sido manipulados por personas infectadas, lo cual suele darse generalmente cuando una persona enferma no se lava las manos luego de acudir al baño. Y, también, convivir con alguien infectado implica un riesgo de contagio.
Vacunación: la mejor forma de prevenir
Existen vacunas específicas que ayudan a combatir esta bacteria y promueve el neumococo, un neutralizador que ayuda a eliminarla del organismo. Estas vacunas son administradas a temprana edad del infante, en los primeros meses de vida.
El calendario nacional de vacunación argentino es gratuito y obligatorio. En él podrán administrarse la vacuna contra la meningitis por meningococo dentro de los primeros once años de vida.
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