Por cuarta vez en los últimos cinco años, India está teniendo que tomar medidas como el cierre de escuelas y oficinas tras la aparición de un brote de casos del peligroso virus Nipah.
Se trata de una infección con una mortalidad muy elevada, de entre el 40 y el 75%, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud. Por ahora apenas ha causado algunos pocos brotes en el sur de Asia, pero está considerado un problema de Salud Pública por su potencial epidémico, por su virulencia y porque es capaz de infectar a una gran variedad de animales.
¿Qué es y cómo se contrae?
El virus Nipah pertenece al género Henipavirus (familia Paramyxoviridae). Tiene su reservorio natural en los murciélagos frugívoros Pteropus (zorros voladores, habitantes de las regiones tropicales de África, Asia y Oceanía), pero también infecta a ciertas especies de ganado común (notablemente cerdos, en los que también provoca enfermedad grave) que han sido en ocasiones el origen de algunos de los brotes del virus.
Puede provocar un amplio abanico de manifestaciones clínicas, que van desde la infección asintomática a infección respiratoria aguda y a una encefalitis letal. Se han reportado casos de transmisión a las personas desde las secreciones respiratorias y los tejidos de los cerdos infectados, desde la fruta contaminada por la saliva o la orina de los murciélagos portadores y a través del contacto directo con secreciones y excreciones humanas. En algunos brotes, el contagio en entornos hospitalarios, y particularmente entre el personal, ha desempeñado un papel muy importante.
¿Cuáles son sus síntomas?
Cuando la infección presenta síntomas, en un primer lugar estos son de carácter gripal (fiebre, cefaleas, mialgias, vómitos y dolor de garganta). En algunas personas, este cuadro evoluciona hacia manifestaciones respiratorias más graves (neumonía atípica, disnea aguda) o neurológicas (mareos, somnolencia, alteración de la consciencia, convulsiones) indicativas de una encefalitis que a menudo progresa al coma en el plazo de entre 24 y 48 horas.
La enfermedad tiene un período de incubación con una variabilidad muy amplia, que normalmente está entre los 4 y los 14 días pero que en ocasiones llega a alcanzar hasta los 45 días.
La forma de encefalitis de la enfermedad frecuentemente resulta letal. Cuando los pacientes se recuperan, a menudo lo hacen por completo; sin embargo, se han registrado complicaciones crónicas de orden neurológico hasta en un 20% de los supervivientes de encefalitis, incluyendo episodios convulsivos o cambios permanentes en la personalidad. Hay un pequeño porcentaje de pacientes que recaen o que sufren encefalitis posteriores con aparición tardía.
¿Cómo se trata?
Actualmente no existe un tratamiento específico para la infección por el virus Nipah, con lo que la línea a seguir consiste en el soporte vital del paciente ante los síntomas y especialmente ante las complicaciones graves ya sean de tipo neurológico o respiratorio.
Por otra parte, tampoco existe una vacuna, con lo que las actuaciones preventivas se centran en la detección y el aislamiento de los casos (ya sean entre animales o entre personas) y en la puesta en marcha de precauciones higiénicas en el contacto con casos conocidos, con ganado o con frutas.
Referencias
Organización Mundial de la Salud. Virus de Nipah (2018). Consultado online en https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/nipah-virus el 15 de septiembre de 2023.
Artículos Relacionados: