A pesar de la reducción mundial de la enfermedad originada por el virus del Zika desde 2017, la circulación de este virus transmitido por mosquitos ha sido confirmada en 89 países alrededor del mundo. Aunque los niveles de incidencia se mantienen bajos, se han observado aumentos esporádicos en los últimos años.
El seminario web EPI-WIN: Virus del Zika: aprendiendo del pasado, preparándonos para el futuro, reunió esta semana a expertos con el fin de examinar la situación global de esta enfermedad, así como las medidas para rastrear epidemiológicamente su transmisión con miras a la preparación y la respuesta temprana.
“La mayoría de las infecciones por este virus son asintomáticas o leves, lo que dificulta en gran medida su detección por parte de los sistemas de salud”, indicó la doctora María Van Kerkhove, jefa de la Unidad de Enfermedades Emergentes y Zoonosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Respecto a las complicaciones por esta enfermedad, la OMS ha alertado que las mujeres embarazadas son particularmente susceptibles a sus efectos, ya que pueden desencadenar malformaciones congénitas en el feto como la microcefalia, así como aumentar la probabilidad de partos prematuros e incluso precipitar abortos espontáneos.
Situación en las Américas y medidas de control
Desde su primera detección en marzo de 2015 en Brasil, se ha confirmado la transmisión local del Zika en todos los países y territorios de las Américas, con excepción de Chile continental, Uruguay y Canadá. Asimismo, diez países de la región concentran el 89% de casos de Zika registrados entre 2014 y 2023, siendo Brasil, Colombia y Venezuela quienes encabezan esta lista.
Las cifras de la OPS a nivel regional revelan que, a diferencia de otros arbovirus como el dengue o la chikunguña, cuyos casos en lo que va del 2023 ascienden a más de 3 millones y 324.000 respectivamente, el Zika tiene una incidencia considerablemente menor con 27.000 casos en ese mismo periodo.
«Es esencial reconocer la conexión entre la vigilancia de infecciones agudas del Zika y la manifestación de síndromes neurológicos como el Guillain-Barre. Si optimizamos este enfoque, estaremos mejor preparados para entender completamente la enfermedad y tomar medidas preventivas», afirmó Thais dos Santos, asesora en Vigilancia y Control de Enfermedades Arbovirales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
«Mantener un adecuado nivel de monitoreo es fundamental para prevenir futuras epidemias», agregó dos Santos, subrayando además la importancia de contar con diagnósticos precisos y abundantes en laboratorios, así como capacitar al personal de salud de todos los niveles y en todas las fases de la enfermedad.
“Esto permitirá lograr una detección oportuna del Zika y de esta manera implementar medidas de control pertinentes y eficaces”, enfatizó la experta de OPS.
En marzo de 2022, la OMS lanzó la Iniciativa Global contra los Arbovirus, cuyo propósito es abordar los virus transmitidos por mosquitos, moscas y garrapatas, entre otros artrópodos, emergentes y reemergentes con potencial epidémico y pandémico.
“A través de esta iniciativa buscamos desarrollar guías para vigilancia, manejo clínico y seguimiento de complicaciones del Zika, así como fortalecer la vigilancia ambiental y control de vectores. La comunicación de riesgos, investigación de salud pública y colaboración entre actores clave son elementos centrales en este esfuerzo”, remarcó la doctora Van Kerkhove.
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