El síndrome de Asperger está considerado dentro del llamado Trastorno del Espectro Autista (TEA), es un trastorno del desarrollo neurológico que consta de una amplia gama de síntomas que se hacen evidentes en la primera infancia y persisten durante toda la vida. Según la Organización Mundial de la Salud, la tasa de prevalencia actual es de uno en cada 160 niños y en México uno de cada 115 niños presenta un TEA.
La doctora Diana Patricia Guízar Sánchez, médica psiquiatra y académica del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, mencionó que “los TEA repercuten en el desarrollo neurológico, pues la alteración se encuentra desde la formación del sistema nervioso central, la cual sucede durante el embarazo, pero esto no significa que se detenga posterior al nacimiento, existen periodos clave del desarrollo cerebral donde se dan ciertos cambios, como por ejemplo las llamadas podas neuronales, que se presentan en distintas etapas del crecimiento, por lo tanto, hay periodos vulnerables no solamente durante la gestación sino también en estos momentos”.
También señaló que en el caso del anteriormente llamado síndrome de Asperger, el diagnóstico ocurre mayormente en la adolescencia, o edad escolar, ya que en etapas previas la sintomatología es difícil de detectar, ya que por lo general no tienen retrasos en el desarrollo del lenguaje o desarrollo motor, únicamente -en algunos casos- torpeza motora, lo que dificulta realizar un diagnóstico temprano.
Asimismo, añadió que existen múltiples formas de presentación clínica debido a que hay alteraciones a nivel de los diferentes lóbulos cerebrales y, por lo tanto, los fenotipos serán característicos de acuerdo a la función de cada uno de ellos, por lo que se pueden presentar disfunciones cognitivas, alteraciones en la expresión del lenguaje y alteraciones motoras.
Por su parte, la maestra Ana Shizue Aoki Morantte, especialista en Trastornos del Desarrollo con Orientación en Neuropsicología de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que el síndrome de Asperger se considera un síndrome neuropsiquiátrico, el cual está sustentado en cambios en el neurodesarrollo y presenta una serie de manifestaciones cínicas en diversos ámbitos, como lo son el emocional y el cognitivo; y es por esta razón que la sintomatología llega a ser muy diversa.
La especialista mencionó los Criterios de Gillberg y Gillberg que describen las manifestaciones clínicas de las personas que son diagnosticadas con síndrome de Asperger, como son las dificultades sociales, es decir, no les es fácil interactuar con sus pares; muestran intereses limitados y buscan integrarse y mantenerse en las actividades que les causan placer o donde tienen un gran conocimiento: “Tienen grandes habilidades de memoria; asimismo, pueden presentar un lenguaje particular, que muchas personas refieren como un lenguaje extremadamente formal o con una prosodia extraña, la cual se entiende como la expresión de contenidos afectivos en los mensajes. También presentan problemas en la comunicación no verbal y suelen mostrar cierta torpeza motriz, razón por la cual se alejan de las actividades deportivas”, detalló.
En la conferencia transmitida por YouTube, la maestra Aoki Morantte aclaró que a diferencia del DSM-IV y CIE-10 donde se hablaba del síndrome de Asperger como una entidad nosológica particular o diferenciada de los TEA, ahora el DSM-5 y CIE-11 engloban a este síndrome dentro de los Trastornos del Espectro Autista.
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