Durante toda la pandemia de la COVID-19, a menudo y erróneamente se ha creído que la enfermedad no afecta mucho a los niños y que de llegar a contraerla, los síntomas serían leves. Sin embargo, la pandemia afecta a los niños de muchas maneras físicas y mentales.
La Dra. Nusheen Ameenuddin, pediatra en Mayo Clinic y Janice Schreier, terapeuta clínica en el Sistema de Salud de Mayo Clinic en La Crosse (Wisconsin), han visto de primera mano cuánto ha pesado la pandemia sobre los niños.
Los niños enferman
Una de las preguntas más frecuentes que padres y madres hacen a la Dra. Ameenuddin es si los niños realmente necesitan vacunarse contra la COVID-19.
«Al responderles, enfatizó que en los dos últimos años y sobre todo en el año pasado, realmente se obtuvo mucha información buena respecto a los efectos de la COVID-19 en los niños y que las vacunas son increíblemente eficaces para prevenir varios efectos secundarios graves», dice la Dra. Ameenuddin.
Un efecto secundario, particularmente raro y grave, de la COVID-19 es el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C, por sus siglas en inglés). La Dra. Ameenuddin comenta que entre los niños que contrajeron el síndrome inflamatorio multisistémico, la mayoría no se había vacunado.
«Aunque un niño enferme, la vacunación reduce la probabilidad de que esté tan mal que requiera hospitalización o muera, hecho que desgraciadamente ha ocurrido», añade la doctora.
Los problemas de la salud mental van en aumento
Los retos que enfrentan los niños en lo referente a la salud mental ya eran un problema, incluso antes de la pandemia. Schreier anota que la COVID-19 solamente exacerbó la situación.
«Se ha observado un aumento tanto en la depresión como en la ansiedad y, por su parte, los trastornos de la alimentación han aumentado de una forma nunca antes vista. Solamente en el año 2021, en las salas de emergencia se vio un aumento superior al 30 por ciento de los casos relacionados con la salud mental. Llegan niños aún más enfermos que antes de la pandemia, puesto que presentan grados más altos de pensamientos suicidas, más agresión y autoagresión, tasas mayores de abuso de sustancias adictivas y más trastornos de la alimentación», afirma Schreier.
Según Schreier, durante la pandemia, se han puesto en peligro los pilares de una buena salud mental, como son pasar tiempo con amigos, hacer actividad física, tener buena higiene del sueño y mantener una rutina.
Efectos secundarios adversos
Algunos efectos secundarios de la COVID-19 en los niños posiblemente les afecten durante muchos años.
«Creo que todavía no nos enteramos del todo acerca de los más de 140 000 niños en los Estados Unidos que han perdido al padre o a la madre debido a la COVID-19. Aunque la gente piense que esta es una enfermedad de adultos más que de niños, muchos pequeños han quedado huérfanos. Perder al padre o a la madre es una experiencia adversa realmente importante que altera el resto de la vida. Por ello, esta enfermedad también afecta mucho a los niños y lo hace de varias maneras distintas», concluye la Dra. Ameenuddin.
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