Las enfermedades cardiovasculares son, en la actualidad, la principal causa de mortalidad en el mundo. Sin embargo, en muchos casos se deben a factores de riesgo enteramente prevenibles, por lo que es importante conocerlas bien para adaptar nuestro estilo de vida y reducir su incidencia.
¿Qué es la insuficiencia mitral? ¿Cuáles son sus causas?
La insuficiencia mitral, a veces conocida como ‘regurgitación mitral’ o ‘incompetencia mitral’ es una condición por la que la válvula mitral del corazón, que separa las dos cavidades del lado izquierdo (aurícula y ventrículo) no se cierra correctamente. Esto provoca que la circulación dentro del corazón y hacia el resto del organismo sea deficiente, por lo que el transporte de oxígeno en el organismo se ve dificultado en mayor o menor grado.
Las causas son variadas. La afección se considera primaria cuando se debe a un defecto en la propia válvula; cuando tiene su origen en un problema ventricular, por el contrario, se considera secundaria.
Algunos posibles orígenes de la insuficiencia mitral incluyen el defecto congénito conocido como prolapso de la válvula mitral (por el cual la válvula sobresale hacia la aurícula durante la contracción cardíaca), ciertos daños en las cuerdas tendinosas que unen las valvas al corazón, la fiebre reumática, la endocarditis, un ataque cardíaco, las miocardiopatías, los traumatismos, el uso prolongado de algunos medicamentos (ergotamina), la radioterapia torácica y la fibrilación auricular.
¿Cuáles son sus síntomas?
A menudo, la insuficiencia mitral se presenta sin síntomas y progresa de manera muy lenta, por lo que es común que muchas personas que la padecen no muestren signos en muchos años o incluso nunca llegan a descubrirlo. Sin embargo, dependiendo de la gravedad, pueden aparecer diferentes manifestaciones, tales como soplos cardíacos, falta de aire, fatiga, palpitaciones o hinchazón de pies y tobillos.
En los casos más severos, la insuficiencia mitral puede conllevar complicaciones tales como insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular o hipertensión pulmonar.
¿Cómo se trata?
De igual manera, la estrategia a seguir para tratar un caso de insuficiencia mitral va a depender de la gravedad del cuadro clínico.
Así, si es leve, es posible que muchas personas no necesiten tratamiento. No obstante, incluso en estos casos es común que el médico decida establecer una vigilancia estrecha, o incluso que sugiera cambios más saludables en el estilo de vida.
Si existen síntomas o el problema es más grave, es posible tratar los signos con el uso de ciertos medicamentos, como diuréticos (que alivian la acumulación de líquidos en los pulmones o las piernas), anticoagulantes (que ayudan a prevenir la formación de coágulos en la sangre como resultado de una circulación deficiente) o medicamentos para la tensión arterial alta, que empeora la insuficiencia mitral.
En aquellos casos más graves, se puede optar por opciones quirúrgicas, como el reemplazo de la válvula mitral o su reparación, por ejemplo mediante la colocación de un ‘clip’. Estas cirugías pueden ser a corazón abierto o, más recientemente, mínimamente invasivas gracias al uso de herramientas robóticas.
Artículos Relacionados: