Las relaciones sexuales satisfactorias y el orgasmo en sí mismo tienen beneficios a nivel físico y emocional para el corazón debido a que el sexo es una actividad aeróbica que ayuda a quemar calorías y reducir el estrés; tal y como apuntan desde la Fundación Española del Corazón.
“Durante el orgasmo se liberan diversas hormonas como la adrenalina, las endorfinas o la oxitocina, en el caso de las mujeres, que actúan en nuestro organismo como vasodilatadoras permitiendo una mejor circulación de la sangre y evitando así la formación de coágulos”, indican desde esta organización. De hecho, los cardiólogos españoles sostienen que se ha relacionado la ausencia de orgasmo con un mayor riesgo cardiovascular.
Entonces, ¿qué papel tiene el sexo en la prevención de enfermedades cardiovasculares? “La ausencia de actividad sexual, de un coito satisfactorio, por una disfunción eréctil si hablamos del varón joven puede ser un indicativo de arteriosclerosis”, explica a CuídatePlus Ignacio Sainz Hidalgo, cardiólogo del Grupo de Trabajo de Disfunción Sexual de la Sociedad Española del Corazón y facultativo del Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla.
En su experiencia, la relación entre disfunción eréctil en los hombres jóvenes y la arteriosclerosis se debe a “la semejanza que tienen en tamaño y función las arteriolas que irrigan el pene (las arterias helicinas) y las arterias coronarias (que irrigan el corazón), por lo que cuando están afectas y estrechas unas, pueden estar afectadas las otras, asociándose la disfunción eréctil a la cardiopatía isquémica, enfermedad que estrecha las arterias coronarias que desemboca en la angina o infarto”.
Con respecto a otros beneficios del orgasmo en la salud cardiovascular, este especialista destaca que tiene un efecto similar al ejercicio y, además, actúa como sedante ya que durante el orgasmo el cerebro produce endorfinas. “También una sexualidad satisfactoria es un índice de felicidad para la pareja”, añade Sainz.
Otro beneficio del sexo para el corazón es aquel relacionado con la actividad física que suponen las relaciones sexuales que, según este experto, se puede considerar como un ejercicio, pero sin olvidar las connotaciones emocionales que conlleva.
Y, ¿cuántas calorías se pueden perder cuando practicamos sexo? Teniendo como referencia los METS, (unidades metabólicas o de energía, donde el valor 1 equivale a estar sentado sin hacer nada), Sainz estima que un coito gasta de 3 a 5 METS. “5 METS es equivalente a andar a paso normal unos 10 minutos y finalmente subir a un segundo piso por la escalera, sin parar; este ejercicio es el equivalente en gasto al coito y el final del orgasmo; lo que supondría quemar unas 92 calorías”, especifica.
Las relaciones sexuales y el control de las emociones
Como se ha mencionado al principio, las relaciones sexuales satisfactorias tienen un efecto positivo para el corazón porque evitan el estrés y la frustración que se generan cuando existen dificultades para llegar al orgasmo (ya sea por disfunción sexual o por factores de otra índole). “Ello apareja ansiedad y un círculo vicioso de culpabilidad y a su vez mayor ansiedad, perjudicial desde el punto de vista emocional para el corazón”, matiza Sainz.
Asimismo, este cardiólogo manifiesta que los aspectos emocionales son esenciales para las personas que padecen enfermedades cardiacas. “Comparativamente, después de un infarto, los que viven solos mueren antes, se cuidan peor y hacen mal los tratamientos”, alerta Sainz.
Según los estudios realizados, este experto comenta que la respuesta sexual de hombres y mujeres después de un infarto es distinta: “En la mayoría de los varones existe una sexualidad activa con coito y, dependiendo de la edad y sus factores de riesgo cardiovascular, este tipo de sexualidad se consuma según su grado de disfunción eréctil que le permite un coito satisfactorio”. En cambio, en las mujeres tiene más importancia el afecto y el aprecio más que el acto físico: “Depende de la existencia de la menopausia y los factores que limitan un coito placentero como, por ejemplo, el dolor al coito por sequedad vaginal”.
En este sentido, Sainz recuerda que la sexualidad permanece a lo largo de la vida, aunque es normal que se produzcan cambios en cómo se vive el sexo debido a la edad, el nivel de deseo y la respuesta sexual. Además, este cardiólogo considera que existen distintos tipos de parejas y, ante su valoración médica, no se deben tener ningún tipo de prejuicio ya que el espectro de las relaciones es muy amplio.
Sexo y problemas del corazón
Las personas con insuficiencia cardiaca o algún tipo de cardiopatía necesitan seguir unos hábitos de vida saludables, pero, ¿qué precauciones deben tener a la hora de practicar sexo? “Los pacientes con cardiopatía isquémica (generalmente tras un infarto o angina) en su gran mayoría no tienen problemas para una vida sexual normal”, señala Sainz.
En su opinión, sí es necesario limitar la actividad alrededor de una semana cuando se implanta un stent por angioplastia coronaria, mientras que el caso de una intervención de by-pass o puente coronario, debido a que hay que abrir el tórax por el esternón, se recomienda esperar un mes antes de volver a tener sexo y siempre cuidando la cicatriz esternal. “A todos estos pacientes se les recomienda que hagan un programa de Rehabilitación Cardíaca que los orienta en este fin y, si hay alguna duda, se realiza un test de esfuerzo o ergometría en cinta rodante”, aconseja el portavoz del Grupo de Trabajo de Disfunción Sexual de la SEC.
Con respecto a las personas con insuficiencia cardíaca, la mayoría pueden retomar su actividad sexual sin problema, pero según Sainz, necesitan vigilancia y prescripción individual por parte del cardiólogo. Además, las personas con problemas del corazón que tengan disfunción sexual pueden utilizar sildenafilo (Viagra) o derivados pero bajo la supervisión médica y siempre que no estén tomando fármacos nitritos.
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