Como aprendimos sobre los virus durante la pandemia, los médicos nos advirtieron que no nos tocáramos la cara, especialmente porque la boca y la nariz son la entrada de muchas enfermedades, incluida la COVID-19. Un estudio realizado por la Universidad de Nueva Gales del Sur muestra que las personas se tocan la cara, en promedio, alrededor de 23 veces por hora, lo que puede provocar la propagación de gérmenes de la mano a la nariz.
Según los datos de Salud del Gobierno de Australia, hay muchas formas a través de las cuales se puede propagar un germen, incluida la boca, el tracto respiratorio, los ojos, los genitales y la piel lesionada. Algunas infecciones se transmiten cuando una persona infectada habla, tose o estornuda pequeñas gotas o partículas diminutas que contienen agentes infecciosos en el aire. Ejemplos: resfriado común, gripe, enfermedad meningocócica, rubéola, varicela, sarampión, tuberculosis (TB) y SARS COV 2. El estudio muestra también que nos tocamos la cara 23 veces por hora.
Pero desinfectar la nariz interrumpe el ciclo de contaminación entre las manos y la nariz y puede ayudar a reducir la propagación de gérmenes que causan infecciones. La desinfección de la nariz, también conocida como descolonización nasal, es una medida probada de prevención de infecciones que los profesionales de la salud han practicado durante décadas. Una forma de hacerlo es mediante un aerosol nasal, como el xilitol Xlear, específico para la higiene de la nariz.
Además de prevenir infecciones, la higiene nasal también es una forma especial para que los bebés y los niños los dejen más cómodos (al amamantar o dormir), y para reducir la frecuencia y duración de los resfriados. Durante el verano, la recomendación de los especialistas del Hospital Universitario Sainte-Justine, Canadá, es limpiar la nariz de los niños dos veces al día para los menores de 3 años y una vez al día para los mayores. El niño con resfriado o congestión nasal sería de 5 a 6 veces al día.
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