Los estudiantes de esta especialidad han aprendido que un importante aspecto de su labor, sobre todo en tiempos de coronavirus, radica en que sus pacientes sientan la cercanía del contacto humano especialmente cuando, por protocolo, no pueden estar acompañados por sus familias. La ONU destaca la necesidad de reconocer el trabajo de la enfermería.
Si bien ejercer cualquier profesión requiere de compromiso y respeto, para algunas es indispensable tener una vocación de servicio y amor al prójimo, y, en algunos casos, enfrentar el miedo y convertirse en héroes.
Así lo han descubierto decenas de estudiantes de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que desde el pasado 24 de mayo regresaron a la escuela para retomar, de manera presencial, sus actividades prácticas esenciales.
La Dirección del plantel recalcó que el retorno no implica un regreso generalizado a clases, sino sólo a las actividades en el taller de Reanimación Cardiopulmonar y en el Laboratorio de Área Quirúrgica que, por su propia naturaleza práctica y situacional, no se pueden tomar a distancia.
Karina Gómez Santos, alumna del sexto semestre de la Licenciatura en Enfermería de la ENEO, considera que la suya es la profesión más hermosa de todas porque requiere ayudar a los pacientes, hacer de su recuperación un proceso placentero, y sobre todo que lo vivan acompañados.
“Es una carrera muy hermosa que tiene esta afinidad por ayudar, por cuidar y por hacer que la recuperación de un paciente sea más placentera y no recaigan en esta dinámica de un hospital, de estar sin hablar con personas. Esta parte de la enfermería es muy importante y en esta pandemia se reflejó”, reflexiona.
En 2020, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, reconoció al personal sanitario, entre ellos los enfermeros y enfermeras, que han trabajado día y noche para cuidarnos durante la emergencia sanitaria mundial por Covid-19.
“Les estamos más agradecidos que nunca por todo lo que están haciendo, sin descanso y poniendo en riesgo su propia vida, para luchar contra los estragos de esta pandemia”, dijo a propósito del Día Mundial de la Salud.
Seguir el ejemplo de los héroes
Aunque todavía no ha terminado la carrera, Karina sabe del gran compromiso y vocación que se requiere para ejercerla lo que se hizo todavía más evidente durante la pandemia de coronavirus 2019, que en México ha cobrado las vidas de más de 229.000 personas.
Lo ha conocido en boca de sus profesoras y profesores quienes se enfrentaron a la pandemia desde la primera línea de batalla y compartieron con sus alumnos la tristeza de ver morir a sus pacientes solos y, por cuestiones de protocolo, sin posibilidad de recibir contacto humano.
“Es muy triste porque muchas personas murieron en esta pandemia y no estuvieron ni con sus seres queridos ni con una atención como deberían, con este acercamiento y hablar con ellos”, dice.
Karina acepta su miedo a contagiarse de COVID-19 en los traslados de casi 500 kilómetros que tiene que hacer desde su entidad natal, Oaxaca, a la Ciudad de México para tomar sus clases en la Escuela.
Sin embargo, ha sido precisamente el ejemplo de los profesionales de la salud el que la ha impulsado a seguir estudiando y afrontar sus temores y preocupaciones.
“Después de esta pandemia, creo que es muy importante la rama de la Enfermería. No me da miedo volver a los hospitales, al ser estudiantes no podemos estar involucrados en este nivel hospitalario… es una frustración decir ‘yo quisiera ayudar, estar ahí y estar presente’. Sin embargo, cuando termine mi carrera, con más orgullo voy a ejercer esta profesión”.
Una labor de gran importancia
Astrid Cruz Campos, estudiante de 22 años del octavo semestre de la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia había olvidado lo mucho que le apasiona la atención obstétrica luego de 14 meses de tomar clases a distancia. Sus prácticas presenciales se lo recordaron.
“Pensaba que ya no me gustaba tanto la obstetricia porque no estaba practicando ni viendo nada. Ahorita veo que es bonito estar ahí atendiendo el parto, a la mamá y al bebé. Veo que se necesita, a lo mejor no regresar a las aulas, pero sí a las prácticas», dice.
El pasado 26 de mayo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que la pandemia de coronavirus está afectando más a las mujeres que a los hombres en América Latina, sobre todo a las embarazadas, amenazando con anular 20 años de avances en el acceso a la planificación familiar, mientras que las embarazadas tienen un riesgo mayor de contraer casos severos de la Covid-19.
Además, los servicios reproductivos están siendo impactados, mientras el cuidado de los embarazos y recién nacidos se ha visto afectado en la mitad de los países de América, dejando a las embarazadas y nuevas madres en riesgo.
“Hay que atender la falta de enfermeras en la atención obstétrica y perinatal, es un factor muy importante para disminuir la muerte materna. Tiene muchos años que la muerte materna en regiones como México, América Latina y demás no ha podido ser combatida y es uno de los objetivos del desarrollo y sin embargo no se ha atendido como se debiera”, consideró Rosa Marilis Zárate Grajales, directora de la Escuela.
Una vocación de vida y servicio
A pesar de los cambios generados por la pandemia de COVID-19, un destello de alegría y esperanza persiste y se refleja en dos alumnas que descansan después de su única clase: mientras una manipula el celular, la otra posa para una fotografía.
Se retratan frente al recién inaugurado mural “ENEO: vocación por la vida” en reconocimiento a la enfermería del país, a su labor durante la pandemia y al orgullo por la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia.
El mural, que abarca desde la planta baja hasta el tercer piso del edificio, muestra imágenes de trabajadores de la salud cubiertos con cubrebocas, con sus rostros cansados y marcados por los equipos de protección personal, agotados en medio de la pandemia, pero sosteniendo, acompañando y vacunando a sus pacientes. Presentes para ellos.
“Por eso escogí la carrera de Enfermería, porque es una carrera muy, muy humanitaria”, finaliza Karina.
Producción: Teresita Moreno del Centro de Información de la ONU en México.
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