Tener alguna legaña por la mañana, especialmente en la zona del lagrimal, es algo absolutamente normal y natural. Durante la noche, alguna pequeña gota, en forma de lágrima, puedes “escaparse” y mezclarse con minúsculos fragmentos de tejido epitelial. No está muy claro por qué hay gente que es más propensa a tenerlas y otras no. La situación no tiene mayor importancia, otra cosa es que las legañas realmente sean abundantes y no se limiten a la zona más cercana al tabique nasal, sino que se extiendan por todo el borde superior e inferior de los párpados. Si estos episodios se repiten, es una señal de que alguna anomalía puede estar afectando a los ojos.
Los oftalmólogos señalan que ese exceso de legañas, especialmente si son blancas o amarillentas, puede ser una señal de blefaritis, una inflamación del párpado, generalmente benigna, que se produce por causas diversas, incluso por una pequeña anomalía o infección en alguno de los folículos pilosos de las pestañas.
Las secreciones en forma de legaña, también pueden ser síntoma de estar padeciendo una conjuntivitis vírica o bacteriana, sobre todo si va acompañado de otros como enrojecimiento de los ojos, picor, lagrimeo o excesiva sensibilidad a la luz, según describe la Sociedad Española de Oftalmología.
¿Qué hacer si amaneces con muchas legañas?
Si te pasa un día esporádico, puede que simplemente te hayas hecho una pequeña herida al restregarte los ojos, o que cualquier pequeña partícula, que se haya introducido en uno de ellos esté provocando el lagrimeo nocturno. Tienes que observar si las secreciones se repiten al día siguiente, o incluso si sigues generando legañas a lo largo del día.
Las legañas hay que retirarlas cuanto antes y con cuidado para no hacerte daño. La manera correcta de limpiar tus ojos con legañas es utilizando una gasa esterilizada y empapada en suero fisiológico (si no tienes, un algodón y agua previamente hervida puede valer). Intenta que la legaña se empape y retira con suavidad, pasando la gasa desde el lagrimal, hacia el exterior. Ten en cuenta que si se trata de conjuntivitis infecciosa, esta es muy contagiosa, así que utiliza una gasa distinta para cada ojo, sin reutilizarlas en ningún caso. Además, debes extremar la higiene de tus manos.
Como remedio casero, también la manzanilla, en lugar del agua hervida, puede resultar un alivio ante procesos inflamatorios e infecciosos. Si el episodio de exceso de legañas se repite no debes posponer la consulta con el oftalmólogo, que te indicará si es necesario algún tratamiento o colirio específico.
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