Cuando Walt Disney eligió como personaje principal de sus dibujos animados a un amigable roedor, no imaginaba el protagonismo que iba a acaparar este animal en el terreno científico. Quién sabe qué pasaría por si cabeza un día como hoy si fuese testigo del lanzamiento del primer atlas cerebral en tres dimensiones que incluye todas y cada una de las células de un cerebro… ¡de ratón!.
Es el primer paso del ambicioso proyecto Blue Brain, lanzado en 2002 y destinado a simular todo el cerebro a nivel molecular. Un hito histórico porque se trata de la primera vez que los científicos tienen a su disposición, de forma gratuita, un mapa en tres dimensiones en el que aparecen representadas todos los tipos celulares y posiciones de más de setecientas regiones cerebrales. Una información con la que, según auguran hoy sus artífices en la revista Frontiers in Computational Neuroscience, se acelerará el progreso de la neurociencia.
No lo dicen solo por la cantidad de datos de los que hace acopio. También porque los muestra de una manera muy intuitiva, en un atlas interactivo equivalente a lo que supone Google Earth para nuestro planeta. Que permite navegar dinámicamente por cada rincón de la sesera y hacer zoom para explorar cada área, incluso la más diminuta.
Nada que ver con los atlas cerebrales disponibles hasta ahora, que consistían en un compendio de imágenes estáticas de “lonchas” de la mollera. Eso sí, en lugar de imágenes de satélite digitalizadas de ciudades y accidentes geográficos, lo que hay aquí son miles de células.
“Pero también está en 3D, a alta resolución, permite hacer búsquedas, es navegable, tiene anotaciones y es amigable para el usuario”, compara Marc-Oliver Gewaltig, al frente del proyecto. Y, por supuesto, se accede gratuitamente a él a través de Internet.
Dar este paso revolucionario no ha sido fácil. Han hecho falta nada menos que cinco años dedicados a recoger y analizar miles de muestras de tejido cerebral. El análisis ha sido tan pormenorizado, célula a célula, que distingue entre neuronas excitatorias e inhibitorias.
Y también aparecen representadas las células de la glía, una especie de escuderos que aíslan y protegen a las neuronas. Además, para facilitar al usuario la navegación, las neuronas han sido coloreadas según su morfología.
Como no podía ser de otro modo, el Atlas Blue Brain es el primer mapa cerebral dinámico. Eso quiere decir que permitirá a cualquier investigador contribuir y mejorar el atlas con nuevos datos. “Nuestro mensaje a los neurocientíficos allá donde esté en: pruébalo, úsalo, y añade información”, dicen los autores.
Hasta que no quede ni un secreto oculto dentro de la cabeza del ratoncillo de campo que inspiró a Mickey Mouse. Y podamos dar el salto a la mollera humana.
Artículos Relacionados: