La última operación que realizó el médico cirujano Enrique Gil fue una delicada cirugía láser dentro del vientre de una gestante de 19 semanas para separar la placenta que compartían riesgosamente sus gemelos.
La intervención se realizó hace una semana en la Clínica Delgado Auna. Equipado con instrumentos quirúrgicos de alta precisión, que pueden tener el tamaño de un grano de arroz, el ginecólogo hizo un pequeño corte casi imperceptible en el abdomen de la madre para ingresar con una cámara microscópica a ese espacio velado hasta hace unos años para la cirugía.
Los gemelos padecían del síndrome de transfusión feto-fetal (STFF), una patología que se da al azar y que consiste en que ambos bebés comparten la misma placenta provocando un desbalance en su desarrollo.
Es decir, al estar unidos por conexiones vasculares y arteriales, un feto traspasa sangre al otro de forma desmesurada, lo que provoca que el primero se debilite mientras el otro se llena de líquido. Si no se divide la placenta, mediante la cirugía, ambos podrían morir.
La operación no duró más de una hora. A través del fetoscopio, un finísimo tubo de tres milímetros de diámetro, el doctor Gil Guevara ingresó una fibra láser al útero materno y con fina precisión cauterizó los vasos sanguíneos que unían a los fetos, dividiendo así la placenta y equilibrando el flujo de sangre. Tras esta cirugía, los bebés tendrán un 60% de probabilidades de sobrevivencia, más de las que tenían antes de ser operados.
“La cirugía fetal es más común de lo que se cree, y tiene como fin revertir las anomalías del bebé durante el periodo de gestación. De esta manera, muchas personas podrán tener una mejor calidad de vida porque sus enfermedades fueron corregidas en el periodo prenatal”, dice Gil Guevara, un joven médico formado en gíneco-obstetricia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y especializado en medicina fetal en el King’s College Hospital de Inglaterra.
Gil es uno de los pocos cirujanos peruanos que realizan esta intervención quirúrgica y tiene un récord que se acerca a las 150 operaciones intrauterinas realizadas en Perú, Londres, Estados Unidos, Ecuador y República Dominicana.
Reconocer una anomalía
La cirugía fetal es una joven disciplina de la ciencia médica que tuvo como pionero al cirujano chipriota Kypros Nicolaides en los noventa, y que gracias a los avances de la tecnología ha perfeccionado su técnica para operar varios tipos de defectos prenatales.
En la actualidad, los cirujanos ya cuentan con las herramientas para, por ejemplo, neutralizar con cirugía láser tumores formados en la columna o el tórax del feto o corregir defectos anatómicos del corazón, los pulmones o las vías urinarias.
Estamos hablando de cuerpos que pesan menos de un kilo y de órganos que miden hasta cuatro centímetros. “Operar a un feto es como robar un banco”, dijo para El País el cirujano español Eduard Gratacós, refiriéndose a que es una operación que requiere mucha preparación y una rapidez extrema.
En este tipo de operaciones, el ecógrafo, ese aparato que monitorea el desarrollo del bebé, se convierte en un instrumento indispensable para detectar defectos a pequeña escala y mapear el camino de la cirugía.
“Es importante que la madre se realice la ecografía a las 12 semanas, en esa etapa del embarazo se identificará alguna malformación en el feto que podría ser operada a partir de la semana 16, no se puede entrar antes porque al estimular el útero se podría provocar un nacimiento prematuro”, dice el doctor Gil, “pero dejemos en claro que la cirugía fetal no es una panacea […] algunos casos se resuelven completamente, en otros la cirugía funciona solo para aminorar la severidad de las complicaciones”, agrega.
Como se indica en la infografía, a través de la cirugía fetal se puede corregir también una espina bífida, es decir, se puede cerrar la espalda de un bebé que dejaba al descubierto la espina dorsal. Los brazos de la cirugía fetal han llegado aún más lejos. Ahora es posible introducir un milimétrico balón por la tráquea del feto, que se infla en su pecho, para empujar a las vísceras que han invadido el espacio de los pulmones porque el diafragma que los separa no se formó completamente. Medicina y tecnología juntas. El futuro.
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