La vocal de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y directora de este servicio en el Hospital Universitario Sant Joan de Reus, Meritxell Arenas, ha señalado que los últimos avances han permitido que el tiempo total de tratamiento de radioterapia en cáncer se reduzca de las siete semanas a tan solo tres.
“La reducción del tiempo de tratamiento de radioterapia en el tratamiento de cáncer de mama representa una de las principales novedades que se ha registrado en el último año. Hay estudios muy avanzados donde se pretende demostrar igual eficacia administrando la radioterapia en una sola semana”, explica Arenas con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra este viernes 19 de octubre.
La representante de SEOR también indica que, en algunas pacientes, es posible realizar la radioterapia “en el mismo acto quirúrgico tras la exéresis del tumor, gracias a la existencia de aceleradores lineales portátiles que pueden llevarse dentro del quirófano”. “También estamos viendo avances en la disminución del volumen de tratamiento, pasando de realizar la radioterapia de toda la mama a sólo el cuadrante afecto de tumor. Esta técnica se denomina irradiación parcial de la mama, y existen algunas pacientes en las que se puede indicar”, ha añadido.
Por otra parte, apunta que la inmunoradioterapia es “una de las líneas más prometedoras en el futuro del tratamiento del cáncer”. Desde SEOR apuntan que los avances científicos demuestran que “el sistema inmunológico tiene un papel importante en la eliminación de los tumores y en la inducción de respuestas inmunológicas antitumorales en los pacientes”.
Arenas subraya que, de esta manera, “se puede aumentar la supervivencia y/o la respuesta terapéutica en estos pacientes”. Por otro lado, explica que la radioterapia induce la liberación de antígenos que activan el sistema innato inmunológico, lo cual favorece la acción de la inmunoterapia. “Por tanto, la combinación de ambos tratamientos puede suponer un avance muy importante en el tratamiento del cáncer. Existen ya estudios clínicos en pacientes con cáncer de mama metastásico en los que se combina la radioterapia sobre las metástasis óseas y la inmunoterapia”, asegura.
Opciones conservadoras
La posibilidad de evitar la mastectomía en las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama sin que esto influya negativamente en su curación es otro de los asuntos que SEOR ha puesto sobre la mesa con motivo de la citada efeméride. Así, Meritxell Arenas ha recordado que diferentes estudios de hace más de 25 años demostraron que la cirugía conservadora de la mama seguida de radioterapia es “equivalente a la mastectomía en términos de recidiva local y de supervivencia a más de 20 años de seguimiento”.
“En los últimos años, y gracias al análisis de los resultados observados en cientos de miles de pacientes incluidas en las grandes bases de datos, se apunta la posibilidad real de que el tratamiento conservador conceda ventajas frente a la mastectomía en términos de curación y supervivencia, gracias al efecto sistémico (general) que la radioterapia local tiene sobre el resto de microfocos circulantes de cáncer que pudieran existir en el resto del cuerpo”, aseguran desde SEOR.
Además, agregan que los resultados de los estudios conocidos en estos últimos años permiten asegurar que “la radioterapia de las áreas ganglionares de la axila es tan eficaz como la cirugía de vaciamiento axilar y puede sustituir en determinados casos a la misma, disminuyendo así el riesgo de desarrollar un linfedema en el brazo durante los años posteriores”.
Claves en la prevención
SEOR, por último, se ha ocupado en su análisis también de la prevención del cáncer de mama. Su aparición, detalla la oncóloga del hospital de Reus, está condicionada por diferentes factores de riesgo en los que se incluyen factores genéticos (mutación del gen BRCA), factores reproductivos y endocrinológicos, el consumo de anticonceptivos orales, la ausencia de paridad, la menarquia temprana y la menopausia tardía, hábitos tóxicos como el alcoholismo, la falta de actividad física y la presencia de obesidad como consecuencia de un estilo de vida poco saludable (dieta desequilibrada y sedentarismo), entre otros.
“Podemos reducir el riesgo evitando estos factores de riesgo, aunque no existe una fórmula mágica para evitarlo completamente. Lo más importante es llevar una vida sana, realizar las revisiones periódicas necesarias y consultar siempre sin demora ante cualquier anomalía que una mujer se detecte en sus mamas”, concluye.
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