Historia en Breve
- Olvídese de la vacuna de la gripa. Una sopa hecha con más de 50 dientes de ajo, cebollas, tomillo y limón destruirá a casi cualquier virus que quiera entrar incluyendo resfriados, gripa y hasta el norovirus
- Los compuestos en este bulbo matan muchos organismos, incluyendo bacterias y virus que causan dolor de oídos, gripa y resfriados
- Investigaciones indican que el ajo también es efectivo contra males digestivos y diarrea. Aún más, estudios más profundos sugieren que esta hierba común y familiar puede ayudar a prevenir la activación de cáncer
Olvídese de la vacuna de la gripa. Una sopa hecha con más de 50 dientes de ajo, cebollas, tomillo y limón destruirá a casi cualquier virus que quiera entrar incluyendo resfriados, gripa y hasta el norovirus.
Mientras estornudamos y tosemos a lo largo de estos meses de invierno llenos de contagios molestos, el ajo es alabado por sus poderes de frenar a los virus en sus trayectos.
Ha ganado su reputación como un combatiente de virus gracias a uno de sus constituyentes químicos, la alicina.
Un descubrimiento significativo y reciente de la Universidad de Washington State demuestró que el ajo es 100 veces mas efectivo que dos antibióticos famosos en combatir bacterias causantes de enfermedades comúnmente de origen alimenticio.
Cuando se aplasta el ajo, la aliina se convierte en alicina. Investigaciones demuestran que la alicina ayuda a bajar el colesterol y la presión de la sangre y también ayuda a prevenir coágulos en la sangre. El ajo también puede reducir el riesgo de desarrollar aterosclerosis (el endurecimiento de las arterias).
Los compuestos en este bulbo matan muchos organismos, incluyendo bacterias y virus que causan dolor de oídos, gripa y resfriados.
Investigaciones indican que el ajo también es efectivo contra males digestivos y diarrea. Aún más, estudios más profundos sugieren que esta hierba común y familiar puede ayudar a prevenir la activación de cáncer.
‘Este químico se ha conocido durante mucho tiempo por sus poderes antibacteriales y antihongos,’ dice Helen Bond, una dietética basada en Derbyshire y portavoz de la Asociación Británica de Dietética.
‘A causa de esto, la gente asume que va a reforzar su sistema inmunológico. Mucha gente simplemente aplasta el ajo, lo mezcla con aceite de oliva y poniéndolo sobre el pan. Pero como y cuanto funciona realmente aun no ha sido comprobado categóricamente.’
Ciertamente, científicos aun permanecen divididos en la habilidad del ajo para combatir gripas y resfriados. El marzo pasado, una investigación mayor por la respetada organización global de investigaciones, la Base de Datos Cochrane, encontró que al aumentar la ingestión de ajo durante el invierno puede cortar la duración de los síntomas de la gripe – de cinco y medio días a cuatro y medio.
Pero el reporte, que une todos los estudios científicos previos sobre el ajo, dijo que no podía sacar conclusiones solidas a causa de la falta de investigaciones a gran escala autoritativas.
El problema es que compañías farmacéuticas no están interesadas en hacer enormes y expansivas pruebas – como lo harían con nuevos compuestos prometedores para medicinas – porque no hay nada en el ajo que pueden patentar, empacar y vender para sus ganancias.
Receta Modificada de Sopa de Ajo
Sirve 4 porciones
26 dientes de ajo (sin pelar)
2 cucharas soperas de aceite de oliva
2 cucharas soperas de mantequilla orgánica (de vacas camperas)
1/2 cucharaditas de polvo de cayena
1/2 taza de jengibre fresco
2 1/4 tazas de cebollas rebanadas
1 1/2 cucharas teteras de tomillo fresco picado
26 dientes de ajo, pelados
1/2 taza de leche de coco
3 1/2 tazas de caldo de verduras orgánico
4 trozos de limón
Precaliente el horno a 350F. Coloque los 26 dientes de ajo en un recipiente de vidrio para hornear pequeño. Añada 2 cucharas soperas de aceite de oliva, salpique con sal de mar y revuelva.
Cubra el recipiente con aluminio y hornee hasta que el ajo se torne dorado y suave, unos 45 minutos. Deje enfriar. Apachurre el ajo entre los dedos para sacar los dientes. Pase los dientes a un pequeño tazón.
Derrita la mantequilla en una olla grande a fuego medio. Añada las cebollas, tomillo, jengibre y polvo de cayena y cocine hasta que las cebollas se pongan traslúcidas, unos 6 minutos.
Añada el ajo horneado y 26 dientes de ajo crudos y cocine 3 minutos. Añada el caldo de verduras; cubra y hierva hasta que el ajo esté bien suave, unos 20 minutos.
En partes, haga la sopa puré en una licuadora hasta que esté espesa. Regrese la sopa a la olla; añada la leche de coco y lleve a hervir. Sazone con sal de mar y pimienta a su gusto.
Exprima el jugo de un trozo de limón en cada tazón y sirva. Se puede preparar un día de anticipado. Cubra y refrigere. Recaliente a fuego medio, dando vueltas ocasionalmente.
Si se encontrara que el ajo es un medicamento milagroso, los consumidores podrían simplemente comprarlo en el mercado a un precio accesible o cultivarlo en su propio jardín.
Sin embargo, el ajo tiene un orgullo largo y tradicional como medicina. Los Antiguos Egipcios lo recomendaban para 22 padecimientos. En un papiro que data de 1500AC, los trabajadores que construyeron las pirámides comían ajo para incrementar su aguante y mantenerlos saludables.
Los Antiguos Griegos recomendaban el ajo para todo desde curar infecciones, problemas de los pulmones y de la sangre, hasta curar picaduras de insectos y hasta para tratar a los leprosos.
Los Romanos le daban ajo a los soldados y marineros para mejorar su aguante. Dioscorides, el médico personal del Emperador Nero, escribió un tratado de cinco volúmenes hablando de sus virtudes.
Uno de los descubrimientos recientes más interesantes es que el ajo incrementa los niveles de anti oxidación en general en todo el cuerpo. Conocida científicamente como Allium sativa, el ajo ha sido famoso a lo largo de la historia por su capacidad de combatir virus y bacterias.
Louis Pasteur notó en 1858 que las bacterias se morían cuando se sumergían en ajo. Desde la Edad Media en adelante, el ajo se ha usado para tratar heridas, siendo molido o rebanado y aplicado directamente a la herida para inhibir que se extienda la infección. Los Rusos se refieren al ajo como la penicilina Rusa.
Más recientemente, investigadores han desenterrado evidencias que demuestran que el ajo puede ayudarnos a estar sanos y fuertes de muchas maneras.
El pasado Junio, el científico en nutrición en la Universidad de Florida encontró que comer ajo puede mejorar el número de células- T en la corriente sanguínea. Estas juegan un rol vital en darle fuerza al sistema inmunológico y a combatir virus.
Farmacólogos en la Universidad de California encontraron que la alicina – el ingrediente activo en el ajo que contribuye al mal aliento- es un mata-infecciones.
La alicina también dilata nuestros vasos sanguíneos, mejorando el flujo de la sangre y ayudando a combatir problemas cardiovasculares como el colesterol elevado.
Un estudio Australiano con 80 pacientes publicó la semana pasada en la Revista Europea de Nutrición Clínica que las dietas altas en ingestión de ajo pueden reducir la presión alta.
En el 2007, dentistas en Brasil encontraron que hacer gárgaras con agua de ajo (hecho al poner dientes de ajo exprimidos en agua caliente, pero sin hervir) puede matar a los gérmenes que causan la decadencia de los dientes y enfermedades de las encías. Pero tuvieron un inconveniente: los voluntarios se rehusaron a seguir con el experimento, quejándose de que las gárgaras de ajo los hacían sentir náuseas.
Viendo la receta de sopa de ajo claro que me hizo sentir raro. De todas formas me dio una excusa para terminarme mis reservas de ajo.
Entre sus muchas otras virtudes, el ajo mata a babosos y caracoles. Investigadores de la Universidad de Newcastle creen que contienen aceites que puede deshacer el sistema nerviosos de estas criaturas babosas.
Existen dos escuelas de pensamiento sobre la mejor manera para preparar el ajo y sacarle lo mejor de sus cualidades medicinales.
Investigadores argentinos encontraron que suelta los compuestos como la alicina al cocinar los dientes, mientras científicos de la Universidad Médica del Sur de Carolina creen que pelar los ajos y dejarlos reposar destapados durante 15 minutos produce los niveles más altos de compuestos para combatir la infección.
Así que usted puede simplemente pelar la mitad de los dientes de un ajo y cocinar la otra mitad.
Después de una hora y cuarto de un industrioso cocinar de la sopa, rocié jugo de limón sobre el tazón de sopa gris caliente, y a comer.
El aroma fuerte ciertamente baja el apetito y la primera cucharada llena no lo va a decepcionar.
Deliciosa como es, de todas formas, un tazón grande de la sopa casera es más que suficiente.
Y con respecto a los poderes anti- gripales de la sopa, solo el tiempo lo dirá. Unos tazones de sopa podrán seguramente mantenerme libre de padecimientos durante el invierno, gracias a los componentes antivirales que contiene.
O simplemente podrá ser que mi aliento de fuerza nuclear a ajo mantendrá a todos los infecciosos alejados a una distancia de estornudo durante los siguientes meses.
es nutricionista, herbolario, y practicante de homeopatía. Es líder en la comunidad de salud natural y da consulta a atletas, ejecutivos y a la mayoría de padres y niños sobre los beneficios de las terapias complementarias para la salud y la prevención.
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