Cuando las mujeres llegan a cierta edad, pueden esperan algunos síntomas típicos que señalan el comienzo de la premenopausia, también conocida como perimenopausia.Pero una nueva investigación de la Universidad de Michigan muestra que frecuentemente los síntomas se acumulan, y cómo lo hacen podría sugerir cuales mujeres están en riesgo de desarrollar problemas de salud y cuales probablemente experimentarán un envejecimiento saludable.El estudio de la Escuela de Salud Pública de la U-M publicado en Women’s Midlife Health analizó los números de síntomas acumulados y tensión financiera, raza/etnia, obesidad, si fuma o no y las percepciones personales de salud, encontrando asociaciones entre ellos.
Además de los sofocos, las mujeres de mediana edad experimentan una serie de síntomas físicos como dolor, fatiga, trastornos del sueño, disminución del deseo sexual y problemas psicológicos. La mayoría de la investigación hasta la fecha se ha centrado en los síntomas en forma aislada, pero este estudio observó todos los síntomas para determinar cómo se relacionan con la salud general de la mujer.El equipo encontró que algunas mujeres experimentan una alta carga de síntomas, mientras que otras mujeres permanecen virtualmente libre de síntomas.
La sintomatología física y psicológica alta e intensa se asocia fuertemente con la tensión financiera.“Con el tiempo, en el análisis de los datos del estudio Study of Women’s Health Across the Nation, hemos reconocido cada vez más que las mujeres que reportan síntomas en un área de la salud tienen más probabilidades de presentar síntomas en otras áreas, lo que nos hizo sospechar que nos estábamos perdiendo la historia más grande”, dijo Sioban Harlow, profesora de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la U-M.“Nos sorprendimos al descubrir que una cuarta parte de las mujeres en esta cohorte, que eran más saludables que la población en general, informó una carga de síntomas sustancial antes del inicio de la transición a la menopausia.
También vimos claramente que algunas mujeres muy sintomáticas, sin embargo, mostraron sustancial mejora en el perfil de síntomas, ilustrando que la mejora en la salud y el funcionamiento es muy posible en esta etapa de la vida”.Harlow dijo que otra sorpresa fue -con excepción de un grupo de mujeres con escasa sintomatología- los sofocos no se destacaron como los síntomas más sobresalientes y tendían a agruparse con síntomas de sueño y fatiga.
Harlow y sus colegas analizaron datos del estudio longitudinal que siguió a 3.300 mujeres de todo el país durante 16 años.Harlow dijo que la comunidad médica necesita promover el acceso a estrategias de prevención e intervención de enfermedades crónicas a partir de la mediana edad temprana, 40-44 años de edad.
Otros autores incluyen: Carrie Karvonen-Gutiérrez, U-M SPH Epidemiología; Michael Elliott, U-M SPH Bioestadística; Irina Bondarenko, U-M SPH Bioestadística; Nancy Avis, Escuela de Medicina Wake Forest; Joyce Bromberger, Universidad de Pittsburgh; Maria Mori Brooks, Universidad de Pittsburgh; Janis Miller, Escuela de Enfermería de la U-M; y Barbara Reed, Facultad de Medicina U-M.El estudio cuenta con el apoyo subvención de los Institutos Nacionales de Salud, Departamento de Salud y Servicios Humanos, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento; el Instituto Nacional de Investigación en Enfermería; y la Oficina de NIH de Investigación sobre la Salud de la Mujer.
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