Los investigadores de la Universidad de Washington, EE.UU, han realizado un estudio donde se apunta que la sociedad no es consciente de que el ejercicio físico reduce el riesgo de contraer cáncer.
«Muchas personas saben que no hacer suficiente actividad física puede aumentar sus probabilidades de tener problemas cardíacos o contraer diabetes. Sin embargo, pocas personas se dan cuenta de que la inactividad también puede sus posibilidades de contraer otras enfermedades como el cáncer», ha declarado el autor principal del estudio y Profesor Asociado de Cirugía en la Universidad de Washington, Erika Waters.
Los investigadores analizando grupos «desfavorecidos para identificar qué tipos de enfermedades creían que los grupos eran causadas por niveles insuficientes de ejercicio». Posteriormente, seleccionaron al azar 351 respuestas, que incluyen específicamente una pregunta abierta que pregunta a los encuestados qué enfermedades son causadas por la actividad física insuficiente.
Descubrieron que aunque había una gran conciencia de que los niveles inadecuados de ejercicio físico daban como resultado un mayor riesgo de problemas cardiovasculares (63.5%) y metabólicos (65.8%), había un nivel extremadamente bajo de encuestados que lo asociaban con un mayor riesgo de cáncer (3.4%) y otras enfermedades como gastrointestinales (0.9%) y respiratorias (3.4%).
Los autores han sugerido, a raíz de los hallazgos, que la falta de conocimiento público que relaciona los bajos niveles de ejercicio con algunos tipos de cáncer se debe al enfoque que las campañas de salud pública tienen para comunicar cómo es beneficioso para la salud cardíaca y la pérdida de peso, y por lo tanto no incluye el otro beneficios.
Para que la sociedad comprendan mejor los riesgos asociados con los niveles insuficientes de ejercicio, los investigadores proponen que el primer paso sería aumentar la conciencia haciendo que estos se conviertan en el centro de atención de las campañas de salud pública.
Asimismo, han informado que el público puede tener poca intención de cambiar su comportamiento porque no se dan cuenta de que es problemático en primer lugar y para influir y facilitar mejor el cambio de comportamiento, es esencial garantizar que las audiencias sean plenamente conscientes del problema.
Sin embargo, también reiteran que para aclarar aún más estas hipótesis y comprender mejor las actitudes del público y la comprensión de los riesgos para la salud derivados de los bajos niveles de ejercicio, se deben realizar más estudios futuros para confirmarlos o cuestionarlos.
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