Por primera vez, los científicos observan cómo el estrógeno protege el corazón femenino durante el ciclo sueño-vigilia
Esta semana en el mundo fue noticia la adjudicación del premio Nobel de Medicina 2017 a científicos estadounidenses por sus “descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano”, es decir, nuestro reloj biológico.
“Sus descubrimientos explican cómo las plantas, los animales y los seres humanos adaptan su ritmo biológico para que se sincronice con las revoluciones de la Tierra”, dijo la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia.
Sus investigaciones permitieron que “podamos echar un vistazo dentro de nuestro reloj biológico y dilucidar su funcionamiento interno”, explicó la institución.
El reloj biológico es el responsable de que nos dé sueño por la noche e influye en nuestro humor, estado de alerta e incluso en nuestro riesgo de sufrir un paro cardiaco.
Investigadores médicos que trabajan para entender esa gama de síntomas han encontrado diferencias importantes en los corazones de los ratones masculinos y femeninos, y descubrieron cómo el reloj del cuerpo afecta a los sexos diferentemente.
El descubrimiento podría abrir la puerta a una mejor manera de entender las enfermedades del corazón.
Para avanzar en la investigación, los científicos tuvieron que dar un paso atrás para examinar cómo las enfermedades del corazón se manifiestan de manera diferente en hombres y mujeres. Históricamente, aunque varones y mujeres varían en tamaño, forma y más, una vez que los pacientes masculinos y femeninos entran al hospital, los doctores y los investigadores los consideran como iguales. Lo que se refleja en los tratamientos.
Eso ha demostrado ser un error dado que la hormona estrógeno influye en cómo las mujeres se ven afectadas por enfermedades del corazón, ofreciendo cierta protección antes de la menopausia.
La investigadora en medicina cardiovascular Tami Martino, de la Universidad Guelph, en Ontario, se enfocó en las diferencias en cómo los corazones masculinos y femeninos responden a las señales del tiempo del día. Resulta que el reloj circadiano, el principal cronometrador del cuerpo, puede ofrecer a los corazones femeninos más protección contra las enfermedades del corazón.
En su estudio, Martino, profesora de ciencias biomédicas, empleó ratones con una mutación genética en las células que se mantienen el tiempo, ayudando al cuerpo a responder a señales de luz y oscuridad. En los seres humanos, células similares ayudan a los cuerpos a acelerar al momento de despertar y a ralentizar por la noche.
“Es la primera vez que alguien ha podido ver cómo el corazón femenino está protegido y específicamente cómo el mecanismo circadiano ayuda a protegerse también”.
Roedores trabajadores por turnos
Esa mutación genética del “reloj” preparó realmente al ratón macho y a la como trabajadores por turnos. Pero sólo el ratón macho envejecido mostró sistemas circadianos fuera de control, lo que causó un gran impacto en sus corazones.
Un reloj circadiano saludable protege el corazón de la cardiomiopatía, una enfermedad de los músculos del corazón. Los investigadores descubrieron que, en ratones hembras, la presencia de estrógeno parece mantener el corazón sano incluso cuando el ciclo sueño-vigilia se interrumpe.
Los experimentos de Martino, publicados en la revista Cardiovascular Research, también examinaron los efectos de las hormonas ováricas en la protección de las ratonas envejecidas, equivalente de 70 a 90 años en los seres humanos.
Tan pronto como los investigadores extrajeron los ovarios de las ratonas éstas desarrollaron enfermedad cardíaca. Los investigadores midieron cuánto luchaban los músculos del corazón para mantenerse al día con las demandas de energía, y encontraron que empeoraban.
Este trabajo podría ser un paso importante hacia la comprensión de cómo los cuerpos de las mujeres pueden hacer frente a vivir mucho más tiempo después de la menopausia que las generaciones pasadas, sin los beneficios del estrógeno que protegen el corazón.
La investigación de Martino se basa justamente en el trabajo reconocido esta semana con un Premio Nobel de Medicina. La academia sueca homenajeó a tres científicos nacidos en Estados Unidos por sus “descubrimientos de mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano” en los modelos de la mosca de la fruta.
Esta área de investigación está ayudando a arrojar luz sobre cómo podemos adaptarnos a un estilo de vida cada vez más intenso de 24 horas.
Nuestros relojes celulares pueden salirse de la sincronía cuando se viaja a través de zonas horarias diferentes o haciendo trabajo por turnos, por ejemplo. Ahora los científicos están investigando lo que sucede cuando “quemamos la vela” en ambos extremos debido al “jet lag social”. Es decir, el que se produce cuando hay grandes diferencias entre el horario de sueño del fin de semana (o de los días libres) y el horario de los días laborales.
El jet lag social está asociado “con una salud más pobre, enfermedades de corazón, peor estado de humor y una mayor fatiga y somnolencia”.
Los investigadores sugieren que, no solo la duración del sueño sino también la regularidad en el horario, juega un papel importante para nuestra salud.
Para Martino y sus colegas, los descubrimientos con ratones abren nuevas vías para explorar.
“La idea ahora es preguntarse; si las mujeres van a estar desarrollando enfermedades del corazón, ¿por qué está sucediendo esto, por qué fueron protegidas antes, por qué pierden esa protección? Porque si se eliminan las hormonas a medida que se envejece, van a ser susceptibles al jet-lag social. Van a ser susceptibles a los trastornos del sueño”.
Un cambio cultural es fundamental
Si los relojes corporales responden de manera diferente en corazones masculinos y femeninos, eso presenta la posibilidad de dar a los hombres y mujeres medicamentos para el corazón en diferentes momentos del día.
Para la Dra. Cara Tannenbaum, directora científica de Género y Salud de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud, los hallazgos son una emocionante confirmación de cómo varones y mujeres difieren.
Los científicos están estudiando otras formas en que la salud del corazón varía entre hombres y mujeres, dijo Tannenbaum. Han encontrado diferencias sexuales en el progenitor, o precursor, las células madre que reconstruyen los músculos del corazón, por ejemplo.
Sin embargo, se necesitará “un poco de un cambio de cultura”, para que la investigación médica se ponga al día sobre cómo el tratamiento debe diferir entre los sexos, dijo Tannenbaum. “Hacia eso nos dirigimos”.
Un ejemplo: Health Canada advirtió que las píldoras para dormir que contienen zolpiderm, vendidas como Ambien, deben ser recetadas con diferentes dosis para hombres y mujeres.
“Este ejemplo refleja el concepto de que la medicina personalizada para hombres y mujeres basada en la ciencia de las diferencias sexuales es posible y ya está sucediendo”, dijo Tannenbaum.
Artículos Relacionados: